miércoles, 17 de noviembre de 2021

 

INEXPLICABLE DESPERTAR

Helena, estando todavía somnolienta, sobre la majestuosa cama cubierta coquetamente con reluciente lencería de encaje y un conjunto de abullonadas almohadas albinas, incrustado con maestría en el interior de un habitáculo con techumbre de cristal, enclavado en el ombligo de una exuberante arboleda donde se podía divisar la totalidad del firmamento. Sintió sobre su virginal rostro la inoportuna radiación solar, abrió sus ojos acaramelados y vio como la inoportuna luz se entretejía caprichosamente entre el fantasmagórico ramaje del espeso soto, creando un ambiente idílico para que los amantes dejen fluir su concupiscencia, con sublimes teoremas en comitiva con cupido. Al girar lentamente su cabeza, ella, se dio cuenta que estaba como Dios la trajo al mundo, y a su lado dormía plácidamente Julián, su amor platónico, con la misma indumentaria que ella. (¿Qué paso aquí? Yo estaba en la fiesta de despedida de soltera de Bibiana) Ipso facto, se incorporó buscando alguna explicación a tan bochornosa escena.

Al rayar el alba, los faroles colgantes del habitáculo fueron disminuyendo su fulgor, y la penumbra que sirvió de cómplice a los presuntos amantes, fue dando paso paso a los intrépidos rayos solares. Helena, curioseaba el lugar con una colosal resaca pretendiendo encontrar respuestas. Después de unos pocos minutos, se dejó sorprender por el encantador paraje donde se encontraba; dejándose hipnotizar por el colorido de los árboles en florescencia, y las melodiosas tonadas interpretadas por un cardumen de aves al cuidado de sus nidos. Llamó la atención de Helena, que la unigénita entrada al paradisiaco sector, consistía en un tembloroso puente pendiente de rústicos y aullantes cordeles de fique, que dejaba fluir bajo su sombra un naciente manantial hídrico complementando con exquisitez lo idílico del lugar.

Entre tanto Julián, estiraba su corpulenta humanidad con movimientos felinos mientras despertaba, (¿Qué paso aquí? Yo estaba en la fiesta de despedida de soltera de Bibiana) emitiendo susurrantes gimoteos que alertaron a Helena; quien todavía no se explicaba lo que pudo haber pasado esa noche. Cuando Julián, volvió en sí, miró con ojos de sorpresa a su compañera. El: ¿tú qué haces aquí Helena? Ella: eso mismo me pregunto yo, EL: ¿recuerdas que pasó? Ella: No, y no quisiera saberlo, El; ¿tan malo fue? Ella: eso es lo que me preocupa, que no sé si fue malo o bueno, El: ja, ja, ja si no lo recordamos es que fue bueno ja, ja, ja, Ella: ¿cuantas botellas nos tomamos? El: ni idea, lo que importa es saber por qué terminamos aquí, Ella: lo que alcanzo a recordar es que ese morapio estaba delicioso, El: ¿Dónde estamos? Ella: estamos en el bosque de la casa de Bibiana, y parece que la fiesta ya termino, El: todavía no lo puedo creer, que tú y yo… Ella: tú y yo nada, salgamos de aquí, El: aprovechemos ahora que estamos solos en esta deliciosa cama para hacer lo que siempre hemos querido.

Esa mañana, Helena y Julián dieron rienda suelta a sus más placenteros y libidinosos deseos, dejando a un lado su prolongada amistad, para darle paso a una prospera relación amorosa, que sigue gestando las mejores faenas en ese tálamo donde sus cuerpos se fundieron de pasión en la despedida de soltera de Bibiana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

    Monumentos R.A.B. en Medellín En aquel caluroso crepúsculo del último viernes de mayo, cuando Juanito les contó sobre sus tareas de fi...