miércoles, 11 de enero de 2023

 SIN DIRECCIÓN

El enloquecedor vaivén de las olas, era el semillero donde germinó la almendra de nuestro idilio, y a pesar de su ausencia sigue en mi generando hojarasca en el jardín de mi existencia. El crepúsculo entristecido que manosea mi nostálgica existencia es, el cayado que sostiene en lo alto mis anémicos pensamientos. Cuando el ocaso pierde la batalla, frente a los tentáculos de la oscuridad, es allí, donde mis entrañas vibran de emoción al recordarla. El obsoleto rotor, quedó suspendido en los discapacitados listones de fina madera que conformaban el bote donde nos amábamos con locura hasta rayar el alba. La melodiosa aura del paradisiaco litoral atlántico es, la ambrosia que amamanta con sus erguidos pezones mis desnutridos sueños seniles.  … Oímos de las olas un canto dulce y suave … y vimos las gaviotas … mis consentidas aves volar … y al ritmo de la barca … yo me entregué en sus brazos … y me perdí en el verde, mirar de sus ojazos … (Canción: La guirnalda. Compositor: Juan Gabriel) Las inhospitalarias huellas que me dejaron sus hipócritas carantoñas lujuriosas, son ahora, el máximo porqué para emprender la fuga con destino a mi libertad. La arisca marea permitía que la lancha sin piloto a la deriva fuera manoseada por el iracundo mar arrinconándola contra el arrecife ofreciéndole todo su poderío masculino. La cómplice oscuridad del ocaso es, la madriguera donde se esconden mis temores de su despedida. La espesa melancolía de la ribera de arenillas albas es, el nidal donde empollo mis ansias de viajar y recorrer el planeta palmo a palmo en busca del amor. El shock térmico de los vocablos de su adiós, fue el detonante que despertó mi espíritu aventurero llevándome al desespero. ¡¡¡Vástago de meretriz!!! Como olvidar aquel atardecer, donde nuestros cuerpos amalgamados rosando las duras tablas de la barcaza, dejaron brotar la totalidad de sus pasiones, que fueron deglutidas por el bravío piélago. Hoy mi playa se viste de amargura, oh, porque tu barca tiene que partir, a cruzar a otros mares de locura, cuida que no naufrague tu vivir … (canción La barca, autor: Roberto Cantoral García) La infaltable capitanía lunar sobre las cosquillosas areniscas costeras es, para mi trasnochado aislamiento, la mejor compañía al clausurar el alba. Aquí estoy y aquí me quedo a la espera de su reencuentro.

*Jaime Eduardo Aristizábal Álvarez – Colombia.* 

2 comentarios:

  1. Cómo agradecerte Eduardo, por decir de una manera tan especial, lo que la gran mayoría sentimos, y que al leerte, lo revivimos. Esa es la genialidad de un poeta como tú. Excelente día!

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