miércoles, 17 de noviembre de 2021

 



INCOMODO DESPERTAR

Eduardo, un joven y exitoso emprendedor, despertó una lluviosa mañana magullado y asustado en la silla trasera de un deteriorado autobús intermunicipal. "Inventores anónimos" así llama su empresa, la cual está en plan de expansión promoviendo el lanzamiento de su ultimo y revolucionario invento. A las siete treinta de la mañana sonó el detestable sonsonete de su teléfono celular, avisándole la proximidad a la reunión con los inversionistas internacionales. Mientras se incorporaba con un enorme dolor de cabeza, estirando su maltrecha humanidad con lentos movimientos felinos, se dio cuenta que estaba vestido con la misma ropa del día anterior; revisó sus bolsillos donde encontró todas sus pertenencias en su sitio (documentos, teléfono celular, llaves) descartando un atraco. Miró por la empañada y ruidosa ventanilla, quedando atónito con el resultado de su observación. ¿Dónde estoy? ¡No puede ser! Estoy en Mompox, a setecientos sesenta y cinco kilómetros de mi reunión. Yo debo estar en ese salón de reuniones en menos de 30 minutos ¿Dónde está mi automóvil? ¿Dónde está mi motocicleta?

En las oficinas de "inventores anónimos" el corazón de los inexpertos socios de Eduardo, palpitaban con taquicardia esperando la entrada triunfal al salón de su socio fundador. Cuando faltaban cinco minutos para las ocho de la mañana, hora de inicio del encuentro; entró una llamada que dejó congelados a todos los asistentes; era El, para contarles a sus amigos la situación en la que se encontraba. Sin encontrar palabras para explicar su actual ubicación; Eduardo, pidió perdón a los asistentes mientras secaba con un pañuelo las cataratas que brotaban por sus ojos, al saber que su oportunidad de trascender en la industria internacional se desvanecía por la imprudencia de alguien.

Muchos días después, la investigación de un posible complot arrojó sus primeros resultados. Tras unas minuciosas pesquisas, las autoridades concluyeron que los empresarios habían sido víctimas de sabotaje, tras revisar un centenar de pruebas, algunas en video, otras en papel, donde se veía la mano criminal de Alicia, la ambiciosa secretaria y amante furtiva de Eduardo, quien no soportó la idea de que su mancebo la apartara de las decisiones importantes de la empresa. Aquella noche, Alicia, utilizó todos sus encantos femeninos, para luego de una extenuante jornada de trabajo, llevarlo a su afrodisiaco tálamo, donde dejaron navegar en un océano de licor sus deseos más concupiscentes. Luego de unas horas de excesos, lo condujo a la terminal de transportes donde le compró un pasaje a Mompox.

En la actualidad, "inventores anónimos" continua su expansión mundial creando tecnología para el bienestar de las personas. Alicia, paga una condena por concierto para delinquir en una penitenciaria. Los inversionistas internacionales al enterarse de los resultados de las investigaciones, agendaron una nueva reunión para conocer el invento de Eduardo.  La empresa sueño de esos atrevidos jóvenes, se convirtió en la plataforma virtual donde los creativos de cualquier lugar del mundo puede dar a conocer sus inventos. Eduardo, trabaja en su próxima creación, dirigiendo su creciente emporio viviendo en Mompox, donde encontró el lugar ideal para que su creatividad fluya sin contratiempos.

Jaime Eduardo Aristizábal Alvarez - Colombia 

 


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