LUNÁTICO RECUERDO
Frente
a la insultante y helada belleza de aquel solitario glacial, por mi sentimental
epidermis cabalgó un inusual cosquilleo, que hizo erguir todas, sin excepción, mis
vellosidades corporales. Mis desconcertadas extremidades en el umbral permitido
de lasitud, se mantuvieron en pie; los incandescentes ocelos se aperturaron
maravillados ante el frio colorido de la cima nevada; por mis pabellones
auditivos recorrían silenciosos vendavales que daban tranquilidad a mi
recalentado ser.
La
insolente noche crecía, permitiendo que la rechoncha esbeltez del satélite
nocturnal, cabalgara elegantemente cual gacela, conquistando cada rincón de la
imponente atmosfera, con su encantadora luminotecnia. Mi humanidad entera,
cuasi congelada, conservaba la temperatura corpórea al filo de la hipotermia.
Justo
cuando el agotador día llegaba a su fin, el punto más alto de la congelada
cordillera se metamorfoseo, dejando ver acullá, el imponente y descomunal contorno
de un lobezno aullante, con deseos de deglutirse el esbelto satélite.
Los recuerdos
de esta inverosímil vivencia, aterrizan en mi mente, cada vez que el campo de
juego de mi apasionada existencia, es recorrido y alumbrado por la exquisita
pelota lunar.
Jaime Eduardo Aristizábal Álvarez
Que belleza 😍
ResponderEliminar