CAPRICHO
LUNAR CONSUMADO
Aquel ruborizado y friolento crepúsculo, posados
en una ermitaña y desajustada banqueta de tosca madera, estratégicamente
ubicada a la sombra de un retorcido árbol, con extraña forma de dragón oriental;
ambos se juraban más que lealtad, apelmasando sus cuerpos e intercambiando caricias,
mientras permitían que sus pabellones auditivos recibieran en un celestial susurro
♫…♪… ♫…♪… Yo no te pido la Luna, ♫…♪… ♫…♪… tan solo quiero amarte♫…♪…♫…♪… quiero ser esa locura ♫…♪…♫…♪… que vibra muy dentro
de ti, naa ♫…♪…♫…♪… (canción
Yo no te pido la luna, Daniela Romo)
Una novena de escandalosas aves migratorias, interrumpió
el deífico cantico, irrumpiendo en los románticos dominios de Eolo, enmarcando
con pundonor el paulatino paseo del rechoncho satélite noctambulo. Ella: Mi
amor, mira que hermosa esta la luna hoy, EL: tú eres más bella, de eso puedes
estar segura, Ella: mi belleza se agigantaría si la pudiera tener, aunque fuera
un instante en mi regazo, El: tu escultural figura acaricia con esmero mis
pupilas, porque eres lo más estético que ha alumbrado la humanidad entera,
Ella: Eso lo dices porque me miras con los ojos del amor, El: yo haría cualquier
cosa por verte feliz mi princesa, Ella: bájame la luna entonces, El: tus deseos
son órdenes para este humilde conserje.
Pasadas varias hebdómadas, sin que él pudiese
cumplir los deseos de su prometida; entristecido y de rodillas, clamó con
inusual desesperanza a su creador, por un empujoncito para poder cumplir el exótico
deseo. El supremo hacedor, al verlo tan acongojado, permitió que esa alocada petición
fuese una realidad. El ángelus del quince de octubre del 2020, fue para ese par,
el génesis de un imperturbable, próspero e idílico nexo.
Jaime Eduardo Aristizábal Álvarez
Excelente. Que bella imaginación y tan bien plasmada. Me encantó.
ResponderEliminarBonitas y creativas letras Jaime, me ha gustado la incursión musical. Un abrazote
ResponderEliminarSuper interesante tu creación. Felicitaciones. Saludos desde Ecuador.
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