domingo, 8 de noviembre de 2020

 



“ANA MARIA Y SU NUEVO AMIGO”

 En el increíble reino de las historietas moraba una pequeña princesa que todos llamaban Ana María, era el orgullo de sus padres y abuelos por las maravillas actuaciones que hacía generándoles siempre una gigantesca satisfacción acompañada de unas enormes sonrisas. 

 Un inolvidable y soleado día, caminando distraídamente por el parque contemplando la bóveda celeste, Ana María, trastabilló con un conducto del alcantarillado que tenía su tapón entreabierto dejando ver su interior, al intentar ponerse en pie la bella niña cayó dentro del oscuro cilindro rodando varios metros hasta tocar fondo en el húmedo canal. El golpe adormeció a la pequeña que permaneció varios minutos inconsciente tendida cuál larga es; al pasar de algunos minutos la bella doncella despertó al sentir que alguien le tocaba sus manos. Al volver en sí, Ana María, con sus maravilladas pupilas logró ver a ese extraño y algo mágico ser que la despertó, era un pequeño hombrecito vestido de overol azul, camisa roja, gorra roja con una M estampada en su frente, sus manos cubiertas con guantes blancos y botas cafés.

 Con una agradable voz ronca le dijo: Hola, ¿Qué haces aquí en mi mundo? Ella aún atontada por el golpe contestó: ni idea, yo estaba en el parque mirando para el cielo donde las nubes en forma de animales me hablaban, y ahora estoy aquí. ¿Quién eres tú? Preguntó temblorosa Ana María.   

 El pequeño hombrecito con una sonrisa gigante como el elefante dijo: Bienvenida a mi mundo, eres mi invitada de honor. Te invito a conocer mi fantabuloso mundo donde podrás vivir extraordinarias aventuras recogiendo maravillosos frutos. ¿te animas?

Ana María, aún sin reconocer a su amable amigo accedió a la invitación de conocer su mundo y recoger los frutos del día. Minutos después estaban el misterioso amigo y Ana María saltando obstáculos recogieron monedas, deleitándose con los colores y los olores de unas flores, chupándose los dedos con el delicioso hongo que los hizo aumentar de tamaño para así poder combatir y vencer a un gigantesco dragón que les impedía ir al visitar a una disque princesa amiga de él. 

Faltando unos pocos obstáculos para llegar al edificio donde vivía la dichosa princesa, Ana María y su nuevo mejor amigo se miraron fijamente a los ojos y gritaron al unísono "Lo logramos" en ese preciso instante Ana María reconoció a su nuevo amigo gritando ¿Eres Mario Bross? Y fue en ese momento que despertó al sentir la suave carantoña y el tierno beso que su mamá le dio para que fuera a desayunar y salir rumbo a la escuela


Jaime Eduardo Aristizábal Álvarez


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