viernes, 12 de junio de 2020




HISTORIA # 33
MI JUGUETE ME ENSEÑÓ

Al caer la tarde, de un sábado de picnic con las familias de mis amigos de colegio a la luz de una chimenea ardiente y disfrutando unas copas de vino tinto, surgió el tema de los juguetes con los que tuvimos los mejores momentos y los más grandes aprendizajes en nuestra infancia. A Alberto con su formación de docente formuló la siguiente pregunta: - ¿Cuál fue el juguete con el que mas aprendieron en su vida? –

Esa pregunta nos dejó a todos en silencio por unos minutos hasta que Enrique rompió el silencio diciendo:

- el juguete con el que mas aprendí en mi vida, fueron las canicas; ellas me enseñaron a ser arriesgado, a ahorrar, a tener prudencia, a ganar, a perder y muchas otras cosas. Es por eso que todavía conservo en mi baúl de los recuerdos algunas canicas de colores.

Ernesto, con una gran sonrisa en sus labios dijo:

- Esto se esta poniendo bueno, a mí el juguete que más me enseño fue el trompo, me enseñó a que la vida da muchas vueltas y nunca sabemos donde vamos a terminar; me enseño también que tenemos un hilo que nos une a las otras personas. Aprendí que, aunque somos de diferentes materiales todos tenemos la misma función, ser felices.

- Que bonitos aprendizajes dijo Elena. –  para mi el juguete que más me enseñó fue la muñeca de trapo que me regaló mi abuela en mi cumpleaños número 11, porque con ella podía soñar, podía bailar, me servía de almohada, me obligaba a cambiar las voces de acuerdo al personaje que estuviera haciendo y me ayudó a ser consciente que las apariencias engañan.

- Estoy sorprendido por lo que estoy escuchado, dijo Efraín. – yo les cuento que el juguete que mas me enseño fue el parqués que jugábamos en familia. Me enseñó a que la vida es un camino donde tenemos que hacer pausas para analizar como seguir, además me enseñó a que para alcanzar una meta debemos trabajar en equipo y que no todos podemos llegar al mismo tiempo a la meta.

- Excelente, que buenos aprendizajes nos dejaron los juguetes, dijo Ester. – para mi ese juguete fue mi pelota de letras, me enseño que la belleza esta adentro de mi y no afuera, también aprendí que no puedo agradarle a todas las personas de la misma manera, y que podemos ser felices con lo poco que tenemos.

Emilio, con una gran carcajada continuó diciendo:

- El juguete que más me enseñó fue la cuerda, con la que saltábamos y disfrutábamos. Aprendí que con un juguete tan simple podíamos jugar muchos niños sin necesidad de electricidad o alguna tecnología rara. Además, aprendí que para disfrutar de algo solo tenemos que estar dispuestos.

- Que maravilla estar escuchando estas historias, -dijo Estefanía – mi juguete maestro fue definitivamente mi osito de peluche con quien aprendí la nobleza y la ternura, a estar disponible para escuchar a otras personas y a esperar lo que fuera necesario para estar con el ser amado.

- Que maravillas las que estamos escuchando, dijo Esaú. - - les cuento que mi juguete maestro fue mi volqueta de plástico con la que hacia los mandados de mi mamá, y me enseñó a recoger mi desorden cuando terminaba de jugar, ya que me servía para recogerlos rápidamente y sin tenerlos que cargarlos.

Cuando Esaú termino de hablar todos dirigieron sus miradas hacia mí y sin decir ninguna palabra me motivaron a hablar.

- para mi el juguete que más me enseño fue mi triciclo. –

Elena, con mucha curiosidad preguntó: - ¿Eduardo que te enseño tu triciclo? –

- les cuento que mi triciclo me enseño tanto, que mientras los escuchaba a ustedes traía a mi mente esas enseñanzas, y con el animo de no repetir lo que ustedes ya habían dicho me quedaron varias cosas como: mi triciclo me enseñó que el servicio desinteresado es una manea para llegar a la felicidad, también me enseño a no discriminar a otras personas por lo que tienen; de la misma manera dejó en mi cabeza que nuestro mayor tesoro esta dentro y no afuera de nuestro ser. además me enseñó a no dejarme utilizar por los demás.

Esteban, el hijo de Esaú, que estuvo en silencio mientras los mayores hablaban pidió la palabra y dijo:

- Estoy sorprendido por lo que han dicho ustedes, mi mayor aprendizaje hoy escuchándolos es que los juguetes son unos instrumentos que nos enseñan mucho y no podemos dejar que nos aíslen de nuestros amigos y familiares.

Todos al escuchar las palabras de Esteban, quedaron sorprendidos de las enseñanzas tan hermosas que dejaron en sus vidas esos juguetes de infancia, y a petición de todos los hijos decidieron que cada quince días destinarían unas horas para compartir en familia con esos juguetes y así continuar aprendiendo de ellos.

Hasta hoy cada familia ha cumplido con el pacto de compartir esos momentos jugando y aprendiendo con unos maravillosos resultados. 


Sígueme en Facebook:  
@jaimegranescritor







2 comentarios:

  1. Que bella terapia. Creo es una muy sincera práctica de estar en familia, de recordar,de evocar hechos olvidados, de sentir que en el pasado proyectamos cosas que luego en el timponente no pudimos realizar, quizá sea el recuerdo el motivante para llevar a cabo un sueño que podemos hacer realidad.

    ResponderEliminar
  2. Gran remembranza. Gratitud con estas herramientas que acompañan nuestras vidas.

    ResponderEliminar

    Monumentos R.A.B. en Medellín En aquel caluroso crepúsculo del último viernes de mayo, cuando Juanito les contó sobre sus tareas de fi...