HISTORIA # 14
EXCURSIÓN A UN NUEVO MUNDO
EXCURSIÓN A UN NUEVO MUNDO
A Tiama, la princesa del reino de la madera,
en su día de cumpleaños número 15, su padre le prometió cumplir el deseo más
grande que tuviera en su corazón, la niña después de pensarlo varios minutos le
dijo:
- Padre,
mi deseo es conocer el mundo de los humanos –
El
padre sorprendido por la petición de su hija quinceañera le preguntó:
- Mi
niña ¿estás segura de tu deseo? –
La
quinceañera con sus ojos brillantes dio un si con la cabeza; El padre
cumpliendo su promesa comenzó a organizar la excursión de su hija al mundo de
los humanos, y al día siguiente estando con la niña de sus ojos en su lugar de
trabajo le mostró una ventana mágica que la llevaría al mundo de los humanos.
La
jovencita con mucha alegría quiso lanzarse de una vez por la ventana, su padre
la tomó del brazo y le advirtió que se encontraría con un mundo desconocido, y
que tenía que ir con mucha paciencia descubriendo aquel mundo donde vería cosas
que sus tiernos ojos no habían visto jamás.
Después
de un gran suspiro, la adolescente se preparó para abrir con mucho cuidado y
curiosidad la ventana mágica que la llevaría a ese mundo del que había
escuchado tantas cosas interesantes para sus 15 años.
Lentamente
se fue abriendo la ventana y una luz brillante ocupó todo el espacio, haciendo
que los ojos de la joven quedaran sin ver nada, minutos más tarde recobró la
vista y sacó la cabeza por la ventana y comenzó a descubrir las maravillas del
mundo humano.
Al
salir por la ventana, Tiama, quedó parada en un frondoso bosque en el centro de
un parque de una gran ciudad, comenzó a caminar por el césped, respirando
profundamente y agradeciendo a su padre por estar cumpliendo su sueño.
Después
de dar algunos pasos por el bosque citadino, la inquieta jovencita quiso salir
rápidamente de este lugar para descubrir el sorprendente mundo con el que
cumpliría su sueño.
Terminaron
sus pasos por el bosque, Tiama, se encontró de pie en una esquina de un semáforo
con la luz roja, que mantenía detenido un río de automóviles que hacían sonar sus
bocinas generando un ruido ensordecedor para la visitante. Cuando la luz verde
se abrió campo el torrente de automotores fluyó dejando una nube de polución que
hizo estornudar a Tiama.
Perdida
en el espacio sin saber para donde caminar, la princesa de madera miró a su alrededor
con la intensión de preguntarle a alguien donde se encontraba, a lo lejos vio
venir hacia ella a un joven apuesto que robó su mirada y espero que estuviera más
cerca para preguntarle su ubicación.
El joven
se detuvo justo al lado de Tiama, mirándola con algo de picardía en su voz, se presentó
diciendo:
- Hola
soy Óscar, y tu ¿quién eres? –
La jovencita
inexperta sonrió y dijo:
- Hola,
mucho gusto, yo soy Tiama. –
¿Tiama?
Que clase de nombre es ese. Dijo en medio de una carcajada el apuesto joven.
Es mi nombre,
y es un nombre de princesa en mi mundo en honor de una fina madera.
- ¿De qué
mundo me hablas? – preguntó en tono irónico Oscar. –
- Del mundo
de la madera – contestó la ingenua jovencita.
- Debes
estar loca - diciendo que eres del mundo de la madera, mírate eres de carne y
hueso.
En ese
momento llegó a la esquina donde estaba la princesa con el joven un niño harapiento
con un recipiente de plástico diciendo:
- Por
favor me regala una monedita para llevarle a mi mama. -
Tiama,
al ver al pequeño pidiendo monedas, esculcó sus bolsillos y no encontró nada
que darle al menor. Volteo a mirar a su nuevo amigo y ya no lo encontró.
A lo lejos
se escuchaba una gritería que decía:
- Cójanlo,
cójanlo, es un ladrón –
Tiama,
volteo a mirar hacia donde se escuchaba los gritos y vio venir a un jovencito
con un objeto en sus manos que no logró identificar y detrás venían corriendo unos
señores vestidos de verde abriéndose paso entre las personas que caminaban por
la acera.
La joven
inexperta no entendía que estaba pasando y se quedó paralizada hasta que pasara
el joven y toda esa gente que lo perseguía.
Ella,
no entendía el por qué en tan pocos minutos le habían pasado tantas cosas raras
que en su mundo jamás había visto. Pensando en regresar a su mundo, se volteo
para regresar al bosque y como un huracán vio pasar a una chica que le arrebato
la cadena que colgaba de su cuello y que casi la hace caer al suelo.
Atemorizada
por todo lo que vivió en tan poco tiempo, Tiama, Como una gacela avanzó por el
bosque buscando el árbol donde estaba la ventana que su padre había abierto
para cumplir su sueño.
Pasados
unos minutos, muy asustada por no encontrar ese dichoso árbol que la llevaría de
nuevo a su tranquilo mundo de madera, Tiama se acostó sobre las raíces de un enorme
árbol a llorar por sentirse perdida en un mundo que no era el de ella. Las lagrimas
de la joven penetraron la corteza del viejo árbol e inmediatamente este tomó forma
humana y le dijo:
-
tranquila princesa Tiama - no está perdida, ya me comuniqué con tu padre y ya
está abriendo la ventana para que regrese a nuestro mundo.
La ventana
se abrió mágicamente en el arbolito que estaba creciendo junto al gigante y con
agilidad felina la princesa corrió a los brazos de su padre y juró que no volvería
a pedir un deseo para salir de su reino.
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Una muy buena historia! Gracias por compartirlas 😉🤟
ResponderEliminarEs mucho mejor nuestro imaginario mundo en Orion, la Constelación de la Luz, que el planeta Ur, lleno de mountros humanos, matan y destruyen por placer!
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