HISTORIA
# 13
RECUERDOS
DE MI ABUELO
Buscando
actividades para hacer durante la cuarentena, Matilde, abrió el escaparate de
la habitación de su mamá, donde tenía guardados todos los recuerdos de la
familia, encontró en la parte alta del mueble los álbumes de papel negro donde estaban
delicadamente pegadas y en orden cronológico las fotografías de sus abuelos, al
ver este tesoro tan bien conservado comenzó a pasar una a una las hojas queriendo
identificar quienes eras las personas que aparecían en cada foto.
Al
pasar a la tercera hoja, cayó al piso una fotografía que en su revés tenía una
nota que decía:
-
abril 23 de 1935. - este fue el día que me perdí en la plaza de mercado, cuando
acompañaba a mi abuelo Luis a mercar –
Matilde,
al leer la antigua nota quiso saber algo más acerca de ese día de aventura, e
inmediatamente soltó el álbum y fue a mostrarle la fotografía a su madre que
estaba tomando el sol en el patio trasero de la casa, al llegar al solar,
Matilde, vio como su madre dormía plácidamente en su silla y no quiso
despertarla.
A los
pocos minutos, la inquieta investigadora escuchó la voz de su madre quien la
llamaba desde el patio, rápidamente Matilde fue a atender a su madre y le
preguntó que si ella recordaba alguna historia del bisabuelo Ernesto.
A la
anciana Laura, se le subieron los colores al rostro y con una sonrisa de oreja
a oreja le dijo:
- Del
bisabuelo Ernesto hay muchas historias que contar, pero él siempre contaba con
mucha tristeza el día en que se perdió en la plaza de mercado. –
¿De
ese día hay algún recuerdo visual? - Preguntó Matilde –
¡Claro!,
- contestó Laura. - en el viejo álbum
de hojas negras que está en la parte de arriba del escaparate café de mi
habitación está la fotografía.
Matilde,
aterrada por la memoria tan precisa de su madre, sacó del bolsillo de su delantal
la foto, y se la mostró a su madre que inmediatamente comenzó a recordar a su
abuelo con mucha alegría.
- Tu bisabuelo
Ernesto, contaba con mucha tristeza la historia de esta foto, porque fue el día
en que su vida cambió por completo.
¿Y cómo
le cambió la vida? - preguntó inquieta Matilde –
- Ese miércoles
de mercado, poco después de bajar del camión escalera que los trajo de la
vereda, él, en su inocencia se soltó de la mano de su abuelo y en unos minutos
estaba totalmente perdido en medio de la gigantesca plaza, rodeado de personas
desconocidas; al verse perdido lloró desconsolado hasta que en las horas de la
tarde encontró un policía a quien le preguntó:
- Señor, ¿usted sabe dónde está mi abuelo? –
El policía
con mucha paciencia y ternura escuchó al niño y le preguntó:
- ¿Cómo
se llama tu abuelo? – a lo que el menor dijo Luis.
El agente
después de escuchar el nombre del señor reportó a la estación la pérdida del menor, la estación de policía comenzó la búsqueda del abuelo por todos los alrededores
de la plaza sin tener ningún resultado al terminar la tarde.
Ya habiendo
oscurecido sin tener ninguna noticia del anciano, el capitán calmó al menor dándole
su lonchera con la comida que le había preparado su esposa para que pasara la
noche de turno. Luego de que el niño se comiera la deliciosa comida, el agente
lo llevó a la habitación de la estación para que el niño se durmiera.
Al amanecer,
llegó la noticia a la estación que habían encontrado muerto a un anciano en una
de las mesas de la cantina de doña Inés, el agente rápidamente salió a realizar
el levantamiento del cadáver y con la duda de que pudiera ser don Luis, el
abuelo del niño.
Efectivamente
el cuerpo encontrado en la mesa del bar, era el de don Luis, lo que entristeció
al policía pensando en cómo le diría al niño lo sucedido.
Para no
hacer más larga esta historia, mi querida Matilde, te cuento que el niño fue
adoptado por una pareja de esposos que pertenecía a la familia más adinerada
del pueblo vecino y no habían podido tener hijos; esto sucedió después de varios
meses porque el cuerpo del anciano nunca fue reclamado por nadie y fue
sepultado en una fosa compartida del cementerio del pueblo.
La vida
del niño cambió de una manera drástica y gracias a esa pareja es que nuestra generación ha podido tener las bendiciones económicas que nos permitieron estudiar y disfrutar de unas comodidades, también nos ha ayudado a pasar las épocas de crisis que ha vivido nuestro país desde aquel entonces.
¿y nunca se supo de la familia del abuelo? - preguntó Matilde -
Nunca, respondió con una sonrisa la madre.
¿y nunca se supo de la familia del abuelo? - preguntó Matilde -
Nunca, respondió con una sonrisa la madre.
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@jaimegranescritor
Dicen que no hay mal, que que por bien no venga. 🌷Muy buen relato gracias por compartirlo.
ResponderEliminarAy que triste! Me imaginé en su lugar, yo creo que yo estaría llorando todavía si me hubiera pasado algo así con mi abuelo, pero bueno, las cosas tienen que pasar
ResponderEliminarQue triste historia, con un final feliz
ResponderEliminarMuy triste pero me gustó el final
ResponderEliminarTriste y maravillosa historia, muy humana, que nos muestra que de la suerte y la muerte, nadie nos separa...
ResponderEliminarPerder un hijo es lo Más duro y dificil de asumir, recuerdo que en una época de Navidad perdi a un hijo viendo los alumbrados por un minuto, y recuerdo que la mente se me paralizó y quedé en blanco, hasta que lo encontré.
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