VUELO MESOZOICO
Surcando los exuberantes
pastizales del índigo firmamento, sobre el lomo de mi pipiolo e idílico Pterosaurio;
el caramelo de mis exorbitadas pupilas, se metamorfoseó al atisbar la imponente
envergadura de mi alado correligionario, reflejada en las silenciosas y
cristalinas aguas de una zigzagueante albufera; sobre la cual cabalgaba elegantemente
una esbelta y enigmática ínsula, de cuyo espinazo emergen elegantes y corpulentas
murallas color rosa, dando forma a un singular alcázar, cuyas atalayas
fracturan con esbeltez la espesa arboleda.
Después de varias horas de planeo,
sobre el colosal dorso de mi alado compinche, por la inolvidable era
secundaria, mis seiscientos cincuenta músculos aterrizaron abruptamente en el
mullido jergón de mi lecho, haciéndome despertar ipso facto de ese prehistórico
sueño.
Jaime Eduardo
Aristizábal Álvarez – Colombia
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