viernes, 10 de septiembre de 2021

 

MI ENTORNO SANADOR

El efervescente vaivén de las salerosas olas del insondable mar, en un abigarrado ocaso azafranado, es mi más sublime fármaco, que desintoxica mi patológica psiquis. El universo de mis sentidos, se expande al pisotear las cosquillosas arenas del blanquecino litoral. A lo lejos, se divisa un dúo arbóreo que desea conquistar, con sus exuberantes ramales la inmensidad del tornasol cielo. Bajo la custodia de uno de esos melancólicos árboles, cuelga una tímida y albina hamaca, donde he pasado mis más acompañados, inolvidables y restauradores momentos de soledad.

Jaime Eduardo Aristizábal Álvarez 


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