viernes, 16 de abril de 2021

 

SUEÑO ARBOLADO

 Después de trasegar por el difuso sendero del soto, mis pies quedaron a la orilla de una multicolor marisma que reflejaba con una nitidez pasmosa la policromía de aquella espesura vegetal. 

Mis ojos acaramelados tras un suave parpadeo, contemplaron en la rivera opuesta una fantástica morada, erigida con listones de fina madera, despertando en mi ser el deseo de habitar en aquel paradisíaco edén. 

Al rayar el alba mis párpados fueron aperturados por los tentáculos solares que se abrieron paso en las celosías de mi habitáculo, haciendo que concluyese mi más hermoso sueño. 

 Jaime Eduardo Aristizábal Álvarez. 


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