SUEÑO
ARBOLADO
Mis ojos acaramelados tras un suave parpadeo, contemplaron en la rivera opuesta una fantástica morada, erigida con listones de fina madera, despertando en mi ser el deseo de habitar en aquel paradisíaco edén.
Al rayar el alba mis párpados fueron aperturados por los tentáculos solares que se abrieron paso en las celosías de mi habitáculo, haciendo que concluyese mi más hermoso sueño.
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