HISTORIA
# 30
NAUFRAGIO
LITERARIO
Antonio de Jesús Arteaga Jiménez,
pescador experimentado de las aguas de los ríos que desembocan en el mar pacifico colombiano, una tarde ya de regreso
a su hogar donde lo esperaban Carlota, su esposa y sus 5 hijos, vio a lo lejos en el mar como una embarcación de
vela se consumía en un voraz incendio, al ver la gran humareda que se elevaba
en el firmamento, Antonio, queriendo ir a colaborar tuvo que desistir por que
la marea estaba muy alta y su embarcación estuvo a punto de partirse en dos al
ser golpeada por una ola de casi tres metros de altura.
A la mañana siguiente, mientras
Antonio arreglaba las redes para salir a conseguir el sustento para su familia,
vio como a lo lejos flotaban algunos objetos que no identificaba bien, esperó con
calma y sin perderlos de vista hasta que la marea los acercara a la playa, le llamó
mucho la atención un objeto de color verde que no conocía, se acercó y con sus musculosos
y largos brazos dorados por el sol tomó la caja para saber cuál era su contenido,
unos pasos antes de salir del agua esta se abrió dejando ver su contenido que
para sorpresa del pescador estaba llena de libros.
Antonio, aunque era analfabeta
se alegró mucho por este hallazgo, dejó para más tarde el arreglo de las redes
y con el cajón al hombro corrió hasta su casa para entregársela a sus hijos que
estaban aprendiendo a leer en la escuela; los niños al recibir este regalo abrazaron
a su padre y cada uno tomó un ejemplar para practicar la lectura.
A mitad de la mañana, Antonio,
viendo a sus hijos tan alegres practicando la lectura salió rumbo a la playa
para revisar si habían más cajas que pudiera recuperar del naufragio, a los pocos
metros vio que un grupo de personas desconocidas en la zona estaban revisando metro
a metro la playa recogiendo todos los objetos que la marea traía, Antonio, al
darse cuenta que ellos eran los propietarios de la caja que él le había llevado
a sus hijos, se acercó y les dijo que él había tomado una caja de color verde llena
de libros y se la llevó a sus pequeños hijos que apenas están aprendiendo a leer.
Una de las mujeres se acercó a
Antonio y le agradeció su honestidad y le pidió que le dejara ver los libros para
ella saber cuáles eran.
- Por supuesto, dijo amablemente
Antonio. –
- vamos a mi casa para que usted
se dé cuenta la alegría que tienen mis hijos con esos libros. –
Cuando llegaron a la casa, los
ojos de Antonio y de la mujer observaron la más hermosa escena que sus ojos
hayan visto jamás, al ver a los niños compartiendo en circulo el contenido del
libro más gordo que tenía unas imágenes a color de animales salvajes.
La mujer, al ver tan hermosa
escena no pudo contener las lágrimas dejándolas brotar como un manantial, en
ese mismo instante le vino a su mente y a su corazón la idea de donar todos los
libros que se puedan recuperar del naufragio para formar una biblioteca para la
escuela donde estudiaban con gran esfuerzo esos niños; la mujer regresó a donde
estaban sus amigos buscando los restos del barco y todavía con lagrimas en los
ojos les contó con lujo de detalles la bella escena que vieron sus ojos la cual
se tatuó con tinta indeleble en su corazón, además les comunicó la decisión de
donar todos los libros que se pudieran recuperar para la escuela de esos niños.
Al terminar la tarde, Antonio,
su familia y los sobrevivientes del naufragio habían recuperado de las aguas
mas de cincuenta cajas repletas de libros y material educativo, tres televisores,
dos computadores que estaban en perfecto estado y fueron llevados a la escuela
para formar la nueva biblioteca.
Para la familia de Antonio y
todos los habitantes de esa abandonada región del pacifico colombiano, aquel día
de convirtió en la mayor bendición, gracias a ese hallazgo muchos de los niños
y jóvenes pudieron aprender a abrir sus alas para volar en busca de sus sueños;
y los más veteranos como Antonio y Carlota aprendieron a leer y a escribir mejorando
su calidad de vida; en la actualidad se reúnen todos los lunes después del
trabajo para leer historias que los llena de esperanza de un futuro mejor.
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@jaimegranescritor
Gracias don Jaime
ResponderEliminarLo disfrutamos
Que belleza! Hermosamente filantropico que, hace creer que la humanidad aún tiene futuro, donemos un libro gánate una sonrisa y ganemosle a la ignorancia.
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