miércoles, 29 de abril de 2020







HISTORIA # 18


EN EL RINCÓN DE LA ABUELA



Berenice, en la jornada de arreglo de su habitación durante la cuarentena, encontró en el chifonier una bolsa de tela donde había guardado desde que era una niña los retazos en los que aprendió a tejer en el rincón de la abuela Teresa, donde pasaba tardes enteras enredando los hijos, tratando de aprenderle algún arte a la abuela.

Cuando tenia la mitad de los retazos encima de su cama apareció Tania, su hija, que al ver todos esos pedazos de tela en la cama se lanzó como si fuera una piscina haciendo volar por los aires los pedazos de tela. La madre enojada por el desorden que hizo la pequeña, la castigó y le dijo que se fuera para su habitación y se quedara allá hasta nueva orden. La chiquilla salió arrojando por sus ojos unas enormes gotas.

Cuando Berenice terminó de sacar los retazos de la bolsa, sintió remordimiento por el regaño que le dio a su hija, y fue hasta su cuarto para levantarle el castigo y la encontró buscando con desespero algo en su mesita de noche, al verla le preguntó:

- Hijita, ¿qué estás buscando con tanta intensidad? -

- La foto de tu abuela Teresa – contestó rabiosa la niña.

La madre intrigada preguntó nuevamente:

- ¿Para qué quieres ver la foto de la abuela Teresa? –

Es que me acordé que tú me habías contado y mostrado una foto cuando estabas en el rincón de la abuela aprendiendo a tejer.

Que buena memoria tienes mi niña, esa foto es una de mis favoritas y la conservo como un tesoro.

- Mami, mami, ¿qué aprendiste a hacer con la abuela Teresa? -   - preguntó con inquietud la pequeña  Tania. –

Aprendí muchas cosas, entre las cuales están:  el punto de cruz, el crochet, el bordado español, a colocar los botones en las camisas, tejer en malla, hacer cubre lechos en telar manual, macramé y otras muchas otras manualidades.

Sabes mi chiquita que es lo más importante que le aprendí a la abuela Teresa.
- ¿Que fue mami? – preguntó la Tania. 

Que debemos ser honestos siempre, dar gracias a Dios todos los días por las cosas nos da, hablar siempre en positivo, amar la naturaleza, disfrutar cada momento como si fuera el último, comer alimentos sanos, agradecer por la familia, y muchas otras cosas que ya ni recuerdo por que fue hace muchos años.

Mami, ¿te acuerdas como hacer todas esas cosas? Para que me enseñes. – exclamó la niña –

Berenice, con una gran sonrisa en sus labios respondió:

Todas las cosas no las recuerdo, porque esas labores son de práctica y yo hace muchos años deje de hacerlas; sin embargo, estoy segura que lo que bien se aprende jamás se olvida.

Mañana buscamos en el costurero algunos materiales y comenzamos a que tu aprendas los bellos artes de tu bisabuela Teresa.



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1 comentario:

  1. La vida es un bello tejido que tiene de los ancestros toda la genética para recordar que somos los hilos en la malla de la vida...

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