HISTORIA
# 18
EN EL
RINCÓN DE LA ABUELA
Berenice, en la jornada de
arreglo de su habitación durante la cuarentena, encontró en el chifonier una
bolsa de tela donde había guardado desde que era una niña los retazos en los
que aprendió a tejer en el rincón de la abuela Teresa, donde pasaba tardes enteras
enredando los hijos, tratando de aprenderle algún arte a la abuela.
Cuando tenia la mitad de los
retazos encima de su cama apareció Tania, su hija, que al ver todos esos
pedazos de tela en la cama se lanzó como si fuera una piscina haciendo volar por
los aires los pedazos de tela. La madre enojada por el desorden que hizo la
pequeña, la castigó y le dijo que se fuera para su habitación y se quedara allá
hasta nueva orden. La chiquilla salió arrojando por sus ojos unas enormes gotas.
Cuando Berenice terminó de
sacar los retazos de la bolsa, sintió remordimiento por el regaño que le dio a
su hija, y fue hasta su cuarto para levantarle el castigo y la encontró
buscando con desespero algo en su mesita de noche, al verla le preguntó:
- Hijita, ¿qué estás buscando
con tanta intensidad? -
- La foto de tu abuela Teresa
– contestó rabiosa la niña.
La madre intrigada preguntó
nuevamente:
- ¿Para qué quieres ver la
foto de la abuela Teresa? –
Es que me acordé que tú me
habías contado y mostrado una foto cuando estabas en el rincón de la abuela
aprendiendo a tejer.
Que buena memoria tienes mi
niña, esa foto es una de mis favoritas y la conservo como un tesoro.
- Mami, mami, ¿qué aprendiste
a hacer con la abuela Teresa? - -
preguntó con inquietud la pequeña Tania. –
Aprendí muchas cosas, entre
las cuales están: el punto de cruz, el
crochet, el bordado español, a colocar los botones en las camisas, tejer en
malla, hacer cubre lechos en telar manual, macramé y otras muchas otras
manualidades.
Sabes mi chiquita que es lo
más importante que le aprendí a la abuela Teresa.
- ¿Que fue mami? – preguntó la Tania.
Que debemos ser honestos siempre,
dar gracias a Dios todos los días por las cosas nos da, hablar siempre en
positivo, amar la naturaleza, disfrutar cada momento como si fuera el último, comer
alimentos sanos, agradecer por la familia, y muchas otras cosas que ya ni
recuerdo por que fue hace muchos años.
Mami, ¿te acuerdas como hacer
todas esas cosas? Para que me enseñes. – exclamó la niña –
Berenice, con una gran sonrisa
en sus labios respondió:
Todas las cosas no las
recuerdo, porque esas labores son de práctica y yo hace muchos años deje de
hacerlas; sin embargo, estoy segura que lo que bien se aprende jamás se olvida.
Mañana buscamos en el costurero
algunos materiales y comenzamos a que tu aprendas los bellos artes de tu bisabuela
Teresa.
Sígueme en Facebook:
@jaimegranescritor
En Instagram: @jaimegranescritor
La vida es un bello tejido que tiene de los ancestros toda la genética para recordar que somos los hilos en la malla de la vida...
ResponderEliminar