martes, 21 de abril de 2020



HISTORIA # 10

DÍAS DE LLUVIA.

En los días aquellos donde la sociedad del siglo XXI debió quedarse encerrada en casa para combatir el efecto adverso que un microscópico ser estaba ocasionando en miles de  personas, Elena, cada tarde al terminar su jornada laboral de tele trabajo, en la soledad de su apartamento de soltera, se dirigía a la cocina a prepararse un espumoso chocolate que acompañaría de un croissant de  jamón y queso que le serviría de merienda, porque no quería comer en exceso y subir de peso por la vida sedentaria que estaba llevando durante el encierro.

Mientras la bebida llegaba a la temperatura adecuada para su gusto, Elena, calentaba en el horno el pan y sacaba de la despensa ese recipiente colorado donde serviría la bebida, que era el único recuerdo bonito que le había dejado su última relación sentimental.  

Al servir su bebida favorita, Elena, se disponía a ver las solitarias calles desde la ventana de la cocina, esa rutina se repitió desde el primer día de la cuarentena hasta ese jueves lluvioso que marcó su vida para siempre.

Esa tarde de lluvia, Elena viviendo su rutina diaria, escuchó el timbre de la puerta del apartamento y se extrañó muchísimo porque en la ciudad no tenia a nadie conocido que pudiera tocar a su puerta, muy asustada miró por el ojo mágico de la puerta y al otro lado vio a un hombre que tocaba con mucha angustia, asombrada abrió e inmediatamente sus ojos se fundieron en una mirada de amor haciendo automáticamente clic, y sin modular palabra pasaron algunos minutos hasta que ella  reaccionó y le preguntó:  

¿qué necesitas? -

- él muy amablemente se presentó diciendo:

- me llamo Fabian y soy el vecino del 505 – Con tono de vergüenza, continuó diciendo:

- ¿tan amable me puede regalar un poco de café?- porque se le había terminado y no podía salir a comprar por la restricción.

Elena, todavía con algo de susto, pero con sus ojos brillando, le dijo a su vecino que ella con mucho gusto lo invitaba a ese café que con tantas ganas le estaba solicitando.

Y desde ese preciso momento, Elena espera cada tarde con ansias escuchar el sonido del timbre, para compartir ese café con Fabian, el regalo que le trajo  la cuarentena. 

Cupido pudo utilizar esa cuarentena obligatoria como pretexto para entrelazar con sus flechas amorosas a miles de almas solitarias, el tiempo dirá si esas excusas le sirvieron a cupido para hacerle el milagrito a más de uno. 

Amanecerá y veremos 


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@jaimegranescritor 









7 comentarios:

  1. Jajajaja. Esta cuarentena para muchos ha sido una bendición del cielo.... Leyendo en clave de fe, en clave de Dios.... Nos ha abierto las mejores puertas, las del corazón!

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  2. Ojala en esra cuarentena se puedan encontrar muchas Helena y fabuanes para los corazones solitarios encuenteen compañia

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  3. Cómo quisiera que la suerte de Elena también me hubiera acompañado...

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  4. Cómo? Pero,... dónde está mi Melena?

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  5. Gracias Jaime por tu aporte a hacer mas llevaderos estos días de cuarentena responsable!

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