SIN DIRECCIÓN
El
enloquecedor vaivén de las olas, era el semillero donde germinó la almendra de
nuestro idilio, y a pesar de su ausencia sigue en mi generando hojarasca en el
jardín de mi existencia. El crepúsculo entristecido
que manosea mi nostálgica existencia es, el cayado que sostiene en lo alto mis
anémicos pensamientos. Cuando el ocaso pierde la
batalla, frente a los tentáculos de la oscuridad, es allí, donde mis entrañas
vibran de emoción al recordarla. El obsoleto rotor, quedó suspendido en los
discapacitados listones de fina madera que conformaban el bote donde nos
amábamos con locura hasta rayar el alba. La
melodiosa aura del paradisiaco litoral atlántico es, la ambrosia que amamanta
con sus erguidos pezones mis desnutridos sueños seniles. ♫…♪… Oímos de las olas un canto
dulce y suave ♫…♪… y vimos las gaviotas ♫…♪… mis consentidas aves volar ♫…♪… y al ritmo de la barca ♫…♪… yo me entregué en sus brazos
♫…♪… y me perdí en el verde,
mirar de sus ojazos ♫…♪… (Canción: La guirnalda. Compositor: Juan Gabriel) Las inhospitalarias huellas que me dejaron sus hipócritas
carantoñas lujuriosas, son ahora, el máximo porqué para emprender la fuga con
destino a mi libertad. La arisca marea permitía que
la lancha sin piloto a la deriva fuera
manoseada por el iracundo mar arrinconándola contra el arrecife ofreciéndole todo su poderío masculino. La cómplice oscuridad del ocaso es, la madriguera donde se
esconden mis temores de su despedida. La espesa melancolía de la ribera de arenillas albas es, el
nidal donde empollo mis ansias de viajar y recorrer el planeta palmo a palmo en
busca del amor. El shock térmico de los
vocablos de su adiós, fue el detonante que despertó mi espíritu aventurero
llevándome al desespero. ¡¡¡Vástago de
meretriz!!! Como olvidar aquel atardecer, donde nuestros cuerpos amalgamados rosando las duras tablas
de la barcaza, dejaron brotar la totalidad de sus pasiones, que fueron
deglutidas por el bravío piélago. ♫…♪…Hoy mi playa se viste de
amargura, oh, ♫…♪…porque tu barca tiene que
partir, ♫…♪… a cruzar a otros mares de
locura, ♫…♪… cuida que no naufrague tu
vivir ♫…♪… (canción La barca, autor: Roberto Cantoral García) La infaltable
capitanía lunar sobre las cosquillosas areniscas costeras es, para mi trasnochado
aislamiento, la mejor compañía al clausurar el alba. Aquí estoy y aquí me quedo a la espera de su reencuentro.
Cómo agradecerte Eduardo, por decir de una manera tan especial, lo que la gran mayoría sentimos, y que al leerte, lo revivimos. Esa es la genialidad de un poeta como tú. Excelente día!
ResponderEliminarBuena narración.
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