DELEITE
FELINO
En un amoratado y
perspicaz ángelus sabatino, desde la energúmena cristalera cuadrilátera, atisbaban
los fisgones mininos, el sosegado encumbramiento del esférico astro. Ensimismados
por la lunática cadencia, ronroneaban entrambos, disfrutando su sibarita concomitancia.
Con el pausado tráfico
de las saetas del cronógrafo, se dio cumplimiento a la insospechada virada terrícola,
empollando el mágico trueque claro oscuro, clausurando asina el embeleso morrongo.
Jaime Eduardo
Aristizábal Álvarez
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En cada escrito tuyo siempre encuentro varias palabras nuevas ☺️
ResponderEliminarSúper aprender nuevas palabras 😉
ResponderEliminarQue metáfora tan bella. Lastima qué la seducción Gatuna siempre termina en maullidos y gritos lastimeros
ResponderEliminarLlama la atención el lenguaje rimbobante
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