miércoles, 22 de abril de 2020






HISTORIA # 12


CAFECITO MONTAÑERO


El viejo Elías, arriero desde niño, después de muchos años recorriendo las empinadas montañas del país que lo vio nacer, regresó en el lomo de su mula azabache a la fonda donde ya hace casi 4 décadas quedó flechado por unos ojos esmeralda, que se convirtieron en el mayor motivo de sus largas travesías por las montañas colombianas en busca del sustento para su familia.

Asomado en el balcón de la fonda de Chucho, su amigo del alma, desde donde se divisa todo el pueblo y sus alrededores, Elías, mientras saborea un exquisito cafecito montañero recién colado por su viejo amigo, se da cuenta que su amado terruño había crecido desde la última vez que estuvo allí.

Estando con la mirada perdida en el espesor de las montañas que tenía en frente, Elías, sintió como una mano fuerte le golpeaba la espalda con la intensión de saludarlo. Volteó a mirar y vio con ojos de terror la cara de Pedro, el mandamás del pueblo, que le había hecho la guerra toda la vida porque siempre estuvo enamorado de las curvas, el cabello y los ojos de Alicia, su bella esposa.

En ese momento Elías recordó las sabias palabras de su padre que decían “Lo cortés, no quita lo valiente” extendió su mano  quedándose con ella estirada.

Chucho, al darse cuenta del encuentro de esos dos viejos rivales, quiso evitar una posible pelea entre ellos, se acercó ofreciéndoles unas arepas recién hechas para calmar los ánimos de esos dos gallos, que tenían deudas pendientes por cobrar hace mas de 30 años.

Pedro, buscando pelea dijo:

- Miren quien está por aquí, Elías, el bobo mas afortunado del pueblo –

De inmediato se prendieron las alarmas de los hombres que estaban compartiendo en calma sus bebidas,  Chucho con su voz ronca dijo:

- por favor señores - este no es el lugar para dejar salir las viejas rencillas entre ustedes, por favor me desocupan el negocio o me veré en la obligación de llamar a la policía. 

Pedro alzando la voz como de costumbre dijo:

- Ustedes no saben quién soy yo –  todos los hombres contestaron a una sola voz:

- sí, sabemos quién es usted – y es por eso mismo que no vamos a volver a permitir que nos dañe el ambiente, por favor se retira ahora mismo de aquí.

Pedro, al ver a todos los hombres parados en posición de ataque, no tuvo otra opción que retirarse de la fonda haciendo gestos ofensivos contra su eterno rival.

Elías, agradecido con sus paisanos alzó la voz y dijo:

- Mil gracias por lo que acaban de hacer, nunca me imaginé que después de tantos años, Pedro no haya podido olvidar que yo tuve la enorme bendición de ganarme el corazón de la chica más bella del pueblo para ese tiempo, que para los que no la conocieron se llama Alicia.

Les pido perdón por las molestias ocasionadas, y aprovecho esta oportunidad en la  que están muchos de los eternos amigos de mi esposa para expresarles que ella se encuentra muy bien, y les envía un gran abrazo a todos.

Yo, trabajo desde que era un niño en la arriaría y ahora manejo varias recuas con las que recorro el país de punta a punta, es por ese motivo que regresé después de muchos años de ausencia a este pueblo al que le debo mucha parte de mi felicidad.

En dos días continuaré el recorrido que me llevará de nuevo a los brazos de mi amada, con la intención que si Dios nos da vida y salud en mi próxima travesía por estas hermosas montañas podamos venir juntos a encontrarnos de nuevo con ustedes.



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@jaimegranescritor






2 comentarios:

  1. Hola primo hermano. Que bella historia. Me encanta que andes por este camino. Es importante leer mucho y escribir mucho, hasta que encuentres el tono de tu voz...

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