HISTORIA
# 11
TARDES
DE BOHEMIA
Treinta
años después, sentado en una silla del hogar geriátrico donde sus familiares lo
dejaron casi abandonado, Alfredo, ve con melancolía en el televisor el programa
donde una pareja baila con elegancia su tango favorito.
Gabriela,
la enfermera de turno, llega en ese preciso momento a la sala a aplicarle los
medicamentos a Alfredo, dándose cuenta de las grandes gotas que rodaban por las
mejillas arrugadas de su paciente con voz y ojos picaros le preguntó:
- Don
Alfredo - ¿Qué recuerdos tiene de su época de juventud?
El
anciano agachó la cabeza y sollozando entre un viejo pañuelo blanco respondió
con la voz entre cortada:
Gabriela,
mijita, si usted supiera… aquí donde usted me ve, en mis tiempos mozos yo era
el mejor bailarín de tango de toda la ciudad, que digo ciudad, del país entero,
recorrí las mejores pistas de baile acompañado con las más bellas y
buenas bailarinas de la época.
Rompiendo
la conversación entre paciente y enfermera, Carmenza gritó:
- ¿es
usted Alfredo el dandi? el amor platónico de toda la generación de los años 60
y 70 –
- Si
ese soy yo – respondió Alfredo, ya se me había olvidado mi seudónimo “EL DANDI”
¡No
puede ser! - replicó Carmenza-.
¿Por
qué no puede ser? - dijo Gabriela - dirigiendo su mirada a Carmenza.
Porque
una persona tan famosa como “El dandi” es imposible que termine así.
Gabriela,
con tono melancólico dijo: Yo en mi carrera como enfermera he conocido a muchas
personas que han tenido fama, poder, dinero y muchas cosas más, y han terminado
solos en un lugar como este.
- ¡No puede ser que haya vivido tantos años
junto a mi amor platónico de la juventud y no me haya dado cuenta! - dijo casi
llorando Carmenza.
- Ya
sé, dijo Gabriela, tengo una super idea –
Les
propongo algo, que esta tarde en la hora de juegos hagamos del salón comedor
una pista de baile, y así podemos aprender a bailar con un experto como lo es
don Alfredo.
-
¡Perfecto! Dijo Carmenza – me pondré mi mejor vestido para no desentonar con el
maestro.
Esa
idea se filtró a todos los sectores y habitaciones del hogar, y a las tres de
la tarde en punto, fueron llegando uno a uno de los habitantes vistiendo sus
mejores prendas para iniciar el festejo.
Gabriela,
al ver semejante escena tan hermosa pidió ayuda a sus compañeras para despejar
el salón y abrirles la pista a los bailarines, mientras abrían espacio en el
salón, llegó Alfredo, con una docena de discos en acetato perfectamente
conservados que eran su mayor tesoro y se los entregó a la enfermera para que
ella fuera la encargada de su manejo.
Gabriela,
al escuchar de boca del maestro semejante solicitud, sintió un corrientazo en
todo su cuerpo y confirmó que esa había sido una excelente idea para mejorar el
ambiente en al hogar.
Al
escuchar la primera nota musical, todos los abuelos recobraron su elegancia y
comenzaron a danzar elegantemente como lo hacían en sus tiempos mozos; Alfredo,
se dirigió al centro de la pista y comenzó a invitar a sus bellas y bien
vestidas compañeras a danzar juntos. él, dejando salir su espíritu de maestro
les enseño a todos los asistentes los pasos básicos para bailar adecuadamente
un tango.
Cuando
le tocó el turno a Carmenza, se sintió la mujer más feliz
del mundo por estar cumpliendo su gran sueño de juventud, y al bailar parecía como
si levitara de la emoción en los brazos de su platónico amor.
Gabriela,
y sus compañeras no podían creer lo que veían sus ojos, y decidieron
unánimemente establecer dentro del programa una tarde de talentos, donde cada
uno de los abuelos tuviera la oportunidad de enseñar un arte o un oficio que le
hubiera dado alguna alegría en sus años anteriores.
A
partir de ese primer viernes de talentos, la salud de los habitantes del hogar
comenzó a mejorar y en el ambiente se respiraba un aroma de eterna juventud.

Mientras que para algunos somos estorbo, para otros podemos ser felicidad. Que nuestro talento siempre sea para brindar felicidad aun así estando en las peores condiciones, no sabemos a quien puedas regalarle un poco de amor, paz y felicidad.
ResponderEliminarGracias por tus comentarios.
EliminarMaravilloso, justo hoy que me estaba acordando de mi papá, su talento era el paso doble. Gracias por tus historias...
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
EliminarQue hermoso fragmento has escrito... Un gran saludo Jaime!
ResponderEliminarGracias por tu comentario
EliminarQue linda historia!!
ResponderEliminarQue bien Jaimito
Gracias por tu comentario
EliminarQue bonita historia.
ResponderEliminarQue linda la historia de Alfredo y Carmenza. Jaime te felicito.
ResponderEliminarY heme aquí algo más que una historia, es un verdadero programa que se debería presentar al hogar de los mayores para que se hiciera algo como lo ahí descripto. Los mayores, seres experimentados en el arte de Vivir, deben tener este tipo de, no sólo entretenimiento sino de orientación para sentirse útiles, vivos, sanos y agradecidos con la vida...
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